eL pElOtÓn De LoS ToRpEs

22 enero 2006



Fin de semana de perreo, nada que hacer ni nada que poder hacer salvo entretener al enano de vez en cuando. Ser hijo único tiene el gran inconveniente, entre otros supongo, de no tener más compañeros que a un par de adultos tontos para los juegos caseros, sí ya sé, la calle existe y hay parques donde está lleno de niños, pero tengo el perro subido y este fin de semana ha vencido al sentimiento de culpabilidad. Mañana me arrepentiré y me sentiré el peor padre del mundo ( creo que lo estoy haciendo ya, pensaré en algo que hacer con él). Y mañana lunes, semana nueva... Odio los domingos por la tarde, es como cuando vuelves de un viaje y tienes que afrontar que la vida no es tan ideal como cuando uno rompe la rutina de la cotidianeidad. Cotidianeidad, toma palabro, a veces pensar mucho en una palabra hace que termine por carecer de sentido. Cotidianeidad, es casi un trabalenguas. Al menos sé que este lunes no va a ser un lunes cualquiera, yo me entiendo...
Dicen que no es lo mismo ser vago que ser indolente, me apunto a eso, seguiré con el perreo dominical pero no intentaré escaparme de mis obligaciones como animador infantil; jugaremos al ordenador, algo de trabajo hará por mi el dichoso aparatejo ;).. no tengo remedio.

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11 enero 2006

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10 enero 2006

Demasiados días sin escribir para que ahora me resulte sencillo, tengo el cerebro taponado al igual que la barriga por comer tanto estos días. Podría detallar mis Navidades, aunque tenía demasiadas ganas de que se terminasen y lo último que me apetece es recordarlas, al menos durante unos meses ( ¡¡ por favoooor !!). La mayoría de recuerdos son alegres y llenos de ilusión, pero como en todas las familias los hay también malos, y joer, cómo amargan.

Para todos el año empieza cuando se nos terminan las vacaciones, pero venga, empecemos el año y si es posible sonriendo.


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01 enero 2006

Grande Millás !



Feliz año




La policía se ha incautado de un alijo de 20 toneladas de hachís». He aquí un titular con un verbo curioso (incautarse) y un sustantivo seductor (alijo), por no hablar de policía y hachís, dos términos sonoros donde los haya. Están también las 20 toneladas, que pesan lo suyo. Hay que ver la de cosas que caben en una frase aparentemente ingenua: «La policía se ha incautado de un alijo de 20 toneladas de hachís». La lengua es un misterio. Es ella la que nos utiliza para manifestarse, no al revés. Somos hablados, como decía el otro. Lees una frase cualquiera un par de veces, prestándole una atención especial y sientes un golpe de extrañeza. Qué raro es hablar, qué raro es tener manos, lengua, hígado, pulmones? Qué raro es todo.


Para acentuar la magnitud de la noticia, el Director General de la Policía ha declarado que con esas 20 toneladas de hachís se podrían haber fabricado 40 millones de porros: uno por español, descontando a los menores de edad. Si es cierto que el hachís provoca la risa, y si nos hubiéramos fumado ese canuto todos al mismo tiempo, Europa entera podría haber escuchado nuestra carcajada. Un taxista fumeta me contaba el otro día que las cosas que habitualmente le cabreaban le hacían reír cuando se fumaba un canuto. Imagínense lo que nos habríamos reído del Estatuto (por mencionar sólo de una de las cosas que nos ponen los nervios de punta) con 40 millones de porros encendidos a la vez. Tal vez lo sensato sería que la policía liara 40 millones de canutos y los distribuyera por todas la casas con la indicación de que cada uno se fumara el suyo justo después de las 12 campanadas del 31. ¿No sería fantástico comenzar el año con una risotada gigantesca?

No sé qué le parecerá a la ministra de Sanidad esta idea de combatir la crispación con estupefacientes. Pero algo hay que hacer, sobre todo ahora que entra en vigor la ley antitabaco. Recuerdo que cuando dejé de fumar, estaba irascible y saltaba por nada. No quiero imaginarme a Rajoy, habitualmente cabreado, con el mono de la nicotina. Hagamos, con esas 20 toneladas de hachís, una gran hoguera cuyo humo liberador se pueda aspirar desde cualquier rincón del Estado. Y feliz año.


Juan José Millás

Me hizo reir esta mañana.

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